Tres etapas de la lírica septentrional

1º Florecimiento: comienza con los primeros imitadores de la poesía provenzal. En este período destacan grandes troveros, que en su mayoría fueron cruzados. Este período se considera cerrado  a principios del siglo XIII.

Conon de Béthune (1155 – 1219 ó 1220). Noble señor feudal que participó tanto enla II como enla IV cruzada.

(Fragmento de ¡Ay! Amor, ¡qué dura separación!)

Por ella me voy, suspirando, a Siria,

pues no debo abandonar a mi creador.

A quien le abandone en esta necesidad,

sabed, que él lo abandonará en otra mayor;

y bien saben los grandes y los menores

que allí se deben realizar hazañas,

pues allí se conquista el paraíso y la honra,

el premio y el galardón y el amor de la amiga.

En este fragmento podemos ver la influencia directa del arte de los trovadores pero aquí se agrega una idea más, la del creador como motor.

            Ricardo I, Corazón de León (1157 – 1199). Rey de Inglaterra

(Fragmento de Ningún hombre de valor dirá nada)

Mis compañeros, a los que amaba y amo,

los de Caen y del Percheron,

dime, canción, que ciertamente no son ellos;

nunca tuve contra ellos mal corazón ni falso.

Si ahora me combaten, hacen gran villanía

mientras yo esté prisionero.

En este fragmento podemos ver una lírica más compleja en la que intervienen otros factores además del amor cortés.

2º Decadencia: desde los primeros años del siglo XIII la monotonía en la lírica cortés del norte de Francia es absoluta y con gran dificultad se puede hallar una voz significativa.

3º Resurgimiento: en el segundo cuarto del siglo XIII  dos personajes le dan nueva vida a la lírica trovesca:

Teobaldo I de Navarra (Thibaut de Champagne) (1201 – 1253): Rey de Navarra, tuvo gran actividad militar y política. Participo en la cruzada de 1239, que fue un fracaso, murió en Pamplona. Logra para el arte de trovar un perfeccionamiento técnico único profundizando en los sentimientos.

(Fragmento de El dulce pensamiento y el dulce recuerdo)

El dulce pensamiento y el dulce recuerdo

hacen que mi corazón empiece a cantar,

y el amor puro que no me deja que tarde

y que hace que los suyos se mantengan en alegría

metiendo en el corazón la dulce añoranza.

Por eso, amor tiene gran poder,

pues hace al hombre que se alegre en la tristeza

y no lo deja marcharse ni con el dolor.

Nadie puede mantener buen sentido y honra

si no ha padecido los males de amar,

ni puede en modo alguno subir a gran valor

ni es posible que tenga ningún porvenir;

por eso os digo, de amor justa imagen,

que no se debe cejar por desesperanza

y no veréis que yo lo haga,

pues quiero morir, consumido, en amor.

En este fragmento vemos la evolución del amor cortés hacia la idea de un amor mas complejo que crea una dicotomía de sentimientos: alegría-tristeza.

Colin Muset (1234 – 1254): de origen bajo trabajaba al servicio de quien fuese. De un estilo único logra la creación de un estilo único que satiriza al amor cortés. En su poesí encontramos gran cantidad de elementos de la vida cotidiana.

(Fragmento de Cuando el abejorro zumba)

Cuando el abejorro zumba

sobre la flor nueva

y el sol luce

y todo brilla,

entonces me agrada la doncella

que es joven, gentil y hermosa,

por ella tengo gran gozo,

bastante más del que solía.

Yo soy suyo y ella es mía.

Desgracia tengo quien no lo acepte,

pues yo no me separaría de ella por nada.

Alegría y gran consuelo

tengo por la doncella.

sufro noche y día

y su amor me llama.

La he oído en el prado

cantar junto a la fuentecilla,

bajo un seto,

sola, con brial de seda;

tenía tocado de oro y cinta de cuero.

¡Dios! ¡Cómo se divertía

y cómo se alegraba!

En este fragmento podemos ver que el amor ya no es por una gran dama sino por una doncella así esta lírica se aleja de la poesía cortés.

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